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Del estrés laboral al síndrome de Burnout hay pocos pasos

Del estrés laboral al síndrome de Burnout hay pocos pasos

Cada jornada en el trabajo trae consigo una serie de situaciones y desafíos que todo trabajador debe afrontar desde sus capacidades y conforme los estados de ánimo van surgiendo durante el día. Gestionar estos periodos de tensión y estrés laboral pueden considerarse hasta cierto punto normal e incluso sano, en la medida que les permite a las personas mantener su sistema de alerta activo y desarrollar al máximo ciertas habilidades como las relacionadas con el control de las emociones. En este sentido el estrés en sí mismo no es destructivo. El problema surge cuando no se responde de manera adecuada antes las presiones y la situación se sale de control.

No importa la diversidad de factores que originen el estrés y la intensidad de este, es una condición que el ser humano debe vivir a diario y su respuesta ante ello, depende de su capacidad para gestionarlo. Pero cuando en el ambiente de trabajo, por ejemplo, surgen condiciones laborales adversas, una alta demanda psicológica, una excesiva carga laboral que sobrepasa las capacidades individuales, la falta de autonomía sobre el trabajo o las malas relaciones con los jefes y entre compañeros; el estrés puede volverse crónico y afectar de manera profunda la salud mental, física y psicológica del trabajador, trastocando las esferas personales, sociales, laborales, etc. 

Este tipo de estrés crónico que se caracteriza por ser recurrente en el tiempo e intenso, vulnera el estado de ánimo, el desempeño laboral, interfiere en las labores diarias, en la motivación y en capacidades como la concentración y la creatividad. Si el trabajador presenta dificultad para enfrentarlo, ya sea porque no encuentra en su entorno mecanismos que le ayuden a resolver estas situaciones y porque además, no cuenta con las habilidades y las condiciones internas para tratar momentos tensos y de frustración, fácilmente, puede llegar a desarrollar el síndrome de burnout.

Los principales síntomas asociados a este “síndrome del quemado” son el agotamiento mental y el cansancio físico. Sumado a ello una desilusión permanente por la falta de autocontrol, irritabilidad, inconformismo ante la vida, baja autoestima, pérdida de interés por el trabajo, ansiedad y periodos de agresividad, entre otros signos. Este conjunto de manifestaciones físicas y emocionales, a lo largo del tiempo pueden afectar la calidad de vida de las personas e influir en el ambiente laboral y la productividad de la empresa, al aumentar los casos de ausentismo, accidentes laborales y enfermedades ocupacionales, insatisfacción laboral, impacto en el clima organizacional, etc.

ESTRÉS LABORAL Y SÍNDROME DE BORNOUT

En la actualidad, el síndrome de burnout ha ido acumulando gran importancia en el ámbito organizacional, no solo por el reconocimiento de organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) que lo registró como una enfermedad profesional en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), en el año 2022; sino también porque cada vez se suman más instituciones, investigadores y profesionales que han dedicado sus esfuerzos a estudiar las causas, síntomas y efectos de este síndrome tanto para la salud de los trabajadores como para el desempeño de las organizaciones.

Comprender el estrés laboral de manera integral, desde sus causas, síntomas hasta las maneras y acciones para controlarlo y prevenirlo, es una tarea que aún está pendiente en muchas empresas y negocios. Aunque es un tema que se contempla dentro de los objetivos de los sistemas de gestión de seguridad y salud en el trabajo, algunas medidas pueden resultar débiles y realmente poco comprometidas con el bienestar de los trabajadores. Así lo demuestra el aumento de casos de estrés laboral a raíz de la pandemia de la COVID-19 y de los cambios a nivel global como el aceleramiento tecnológico que obligaron a la mayoría de los trabajadores a adaptarse a las tecnologías y a dinámicas de trabajo que exigían mayor compromiso y jornadas extensas ligadas con el trabajo virtual.

Existen ciertas profesiones que pueden verse más expuestas al estrés en el trabajo, como las relacionadas con el sector de la salud y las de atención al cliente, debido a que diariamente deben sobrellevar situaciones de altas demandas emocionales, de trabajo por turnos y de circunstancias cambiantes relacionadas con el trato con pacientes y clientes conflictivos, entre otras causas. Sin embargo, el estrés laboral puede afectar a cualquier trabajador, algunos en mayor o menor intensidad y sus efectos pueden permanecer en el tiempo cuando no se tratan debidamente o por el contrario, con intervención oportuna podrán controlarse sin mayor riesgo para los trabajadores y las empresas.

Ante esta realidad, es deber de las organizaciones, empleadores, jefes y líderes tomar acciones pertinentes que permitan prevenir y actuar de manera específica ante aquellos factores de riesgo psicosocial que puedan desencadenar el estrés laboral y el síndrome de burnout. Aunque existe una línea delgada entre estos dos estados, lo cierto es que las medidas para prevenirlos resultan ser similares, sin embargo, es relevante identificar aquellos factores que los han generado, con el fin de definir medidas asertivas que permitan, entre otras cosas, modificar las dinámicas de trabajo, reubicar al trabajador si es necesario, prestar apoyo psicosocial, ofrecer herramientas formativas para la gestión del estrés, motivar a un estilo de vida saludable, ofrecer alternativas para lograr la conciliación entre el trabajo y la vida personal, incursionar en técnicas como el mindfulness , yoga, inteligencia emocional, etc.