Hace unos días la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 causante de la enfermedad COVID-19, se propaga rápidamente y es 10 veces más mortífero que el virus de la gripe A (H1N1), surgido en México en marzo de 2009. Por eso el llamado de la organización, de mantener las medidas de confinamiento y continuar con la realización de pruebas a los casos sospechosos.
Frente a la pandemia de la COVID-19, los países afectados por el nuevo coronavirus, han puesto sus mejores esfuerzos para tratar de mitigar los contagios y sus efectos en la salud, la economía y en todos los aspectos de la sociedad. Sin embargo, el no contar aún con una vacuna para este virus, por el momento una de las medidas más óptimas para tratar de disminuir los riesgos de contagio, es el lavado frecuente de las manos con agua y jabón. A esta medida se suman la responsabilidad y el autocuidado de las personas en cada una de sus actividades cotidianas.
Se ha estudiado la posibilidad de que el nuevo coronavirus tenga como fuente inicial algún animal, cuyo epicentro fue el mercado de animales de la ciudad de Wuhan, en China. Las investigaciones sugieren que este virus puede provenir de los murciélagos, pero evolucionó primero en otro animal (posiblemente los pangolines) para luego pasar a los humanos.
Pero, qué es el virus SARS-CoV-2, cuáles son las recomendaciones para evitar el contagio y cuáles son los síntomas de la COVID-19.
A continuación, las respuestas a los principales interrogantes de esta enfermedad, que ya supera las cien mil muertes en el mundo, hasta la fecha, mucho más que las documentadas por la gripe A (H1N1).
Los coronavirus son una extensa y antigua familia de virus que pueden causar distintas afecciones en el ser humano, desde leves como un resfriado, hasta severas como la neumonía o incluso la muerte.
Estos tipos de virus están presentes tanto en animales como en humanos, y ambos corren el riesgo de sufrir enfermedades. Sin embargo, no todos los virus de este tipo son mortales, pero si causan algún tipo de afección.
Aunque se desconoce su origen, algunos coronavirus se pueden contagiar de animales a las personas como el MERS-CoV causante del síndrome respiratorio en Medio Oriente; el SARS-CoV que ocasiona el síndrome respiratorio agudo severo; y el SARS-CoV-2 que provoca la COVID-19, que se registró a finales de diciembre de 2019, en la localidad de Wuhan, China.
De acuerdo con la descripción de la OMS, la COVID-19 es una enfermedad infecciosa provocada por el virus del SARS-CoV-2 que se transmite de una persona infectada a otra. El nuevo coronavirus provoca una Infección Respiratoria Aguda (IRA), que puede ser leve, moderada o severa.
El 30 de enero de 2020, el brote COVID-19 fue declarado por la OMS una Emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional (ESPII).
La enfermedad se propaga de persona a persona a través de las partículas del virus que salen despedidas cuando una persona infectada tose, estornuda, habla o exhala. La infección puede llegar a una persona que se encuentre a menos de un metro de distancia de la persona enferma, respirando las partículas del virus y contagiándose.
Así mismo, estas gotículas caen en los objetos que están cerca de la persona infectada, por lo que, si una persona sana toca dichos objetos y luego con sus manos toca sus ojos, nariz o boca, también corre el riesgo de infectarse.
Las investigaciones realizadas hasta el momento, indican que el virus puede subsistir en cualquier superficie, desde unas pocas horas hasta días, dependiendo del material y las condiciones atmosféricas como la temperatura. Por lo que es importante mantener siempre desinfectados las zonas o elementos con mayor uso, evitar tocarlos y lavarse las manos si se han manipulado.
Aunque cualquier persona puede contagiarse, sin importar la edad, se ha conocido hasta el momento que el virus SARS-CoV-2 puede llegar a ser mortal, especialmente en personas que poseen patologías previas, siendo los adultos mayores los de mayor riesgo.
No obstante, también se han registrado casos de mortalidad en adultos jóvenes con patologías y en personas jóvenes sin comorbilidad.
Dependiendo del diagnóstico, las personas que presenten síntomas leves a moderados, tratarán la enfermedad permaneciendo aisladas en casa y con las recomendaciones suministradas por el personal médico. Solo un porcentaje bajo, necesitará de hospitalización si los síntomas se agudizan.
Los síntomas que produce la enfermedad COVID-19 pueden ser entre leves y severos, presentándose también casos asintomáticos. Los adultos mayores y las personas con otras afecciones médicas (diabetes, cardiopatías, hipertensión, etc.) pueden llegar a ser más vulnerables ante esta enfermedad, agravando la misma y en ocasiones incluso, llegando a ser mortal.
Los principales síntomas que una persona infectada puede llegar a experimentar pueden aparecer entre 2 y 14 días después de contraer el virus. Los signos más comunes, pero que pueden variar de una persona a otra, son:
• Fiebre
• Tos seca
• Dolor de garganta
• Dificultad para respirar (en casos graves)
• Secreciones nasales
• Malestar general
• Se han presentado casos, en los que algunas personas pueden llegar a perder el sentido del olfato o del gusto
De acuerdo con la OMS, alrededor del 80% de las personas infectadas se llegan a recuperar de la COVID-19 sin ningún tratamiento especial, presentando en su mayoría síntomas con niveles leves.
La medida más efectiva para prevenir, o al menos disminuir el riesgo de contagio del nuevo coronavirus, es lavarse las manos con agua y jabón de manera constante, en especial, cuando se ha estado fuera de casa y se han tocado objetos que pudieron estar en contacto con personas infectadas.
Este lavado debe hacerse de manera correcta, mínimo 20 segundos, frotando el dorso de las manos, dedos, palmas y muñecas.
Igualmente, se han determinado otras recomendaciones que ayudan a prevenir la propagación de la COVID-19:
• Guardar la distancia social de dos metros en lugares públicos como supermercados, bancos, droguerías, etc.
• No saludar de beso, manos o abrazos. Utilice otras formas de saludo que no implique el contacto corporal.
• Evitar el contacto con personas enfermas.
• Al estornudar o toser, cubrirse la boca con un pañuelo desechable o con la parte interna del codo. Luego, lavarse las manos con agua y jabón, o utilizar un gel desinfectante que contenga como mínimo 60% de alcohol.
• Si presenta síntomas de resfriado es mejor quedarse en casa y consultar a un médico si los síntomas persisten o se intensifican.
• Al regresar a casa, desinfectar los zapatos, carteras, celular, etc. y lavar inmediatamente la ropa que se llevaba puesta. Es aconsejable bañarse con abundante agua y jabón, si estuvo fuera de la casa por mucho tiempo en contacto con otras personas.
• Desinfectar los objetos y superficies que se manipulan con mayor frecuencia en el hogar.
• Usar mascarilla en lugares públicos, si presenta resfriados o ha sido contagiado por el virus.
• Mantener ventilada la casa y oficinas.
• Si ha sido diagnosticado con la COVID-19, evitar compartir platos, vasos, ropas de cama, etc.; y guardar aislamiento de las demás personas que convivan en el mismo lugar.
• Luego de una compra, desinfectar o lavar las bolsas o empaques de los alimentos o productos, antes de ser almacenados en los lugares correspondientes.
• Si ha utilizado el automóvil, moto o bicicleta, desinfecte o lave las zonas que tienen más contacto frecuente como puertas, volante, palanca, cinturón de seguridad, radio, etc.
• Manténgase informado sobre las novedades de la COVID-19 en los canales oficiales de organismos de salud públicos o medios de comunicación.
