Algunas de las funciones o puestos de trabajo de una empresa no siempre requieren de la presencia del trabajador en la oficina, dándole la posibilidad de trabajar a distancia mediante el uso de las tecnologías de la información y la comunicación – TIC. Esta forma de organización laboral conocida como Teletrabajo, exige además de las habilidades en el uso de herramientas digitales, un amplio compromiso, autonomía, responsabilidad y autodisciplina, por parte de los trabajadores.
El teletrabajo, que surgió a raíz de la crisis del petróleo en Estados Unidos, en la década de los años 70, se ha fortalecido con el pasar de los años como una opción con beneficios tanto para las empresas como para los trabajadores. Esta modalidad de trabajo virtual, le da al trabajador la posibilidad para gestionar de manera más flexible sus responsabilidades en el trabajo, mientras obtiene beneficios como el mejoramiento de su calidad de vida y el aumento en su rendimiento laboral. Lo que para las empresas se traduce en mayor productividad y motivación en la plantilla.
Con esta forma de organización laboral, las relaciones laborales se han transformado de manera positiva, ya que los trabajadores gozan de la autonomía suficiente para gestionar sus horarios y desarrollar las tareas asignadas. Mientras, por otro lado, las organizaciones adoptan nuevas formas para supervisar el trabajo a distancia y establecen un acompañamiento oportuno a través de un diálogo permanente, que les permita a los teletrabajadores resolver cualquier dificultad relacionada con las herramientas tecnológicas, con las tareas asignadas o para expresar sus necesidades.
De acuerdo con el informe de investigación realizado por Eurofound y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “Trabajar en cualquier momento y en cualquier lugar: consecuencias en el ámbito laboral” el teletrabajo se define como el uso de tecnologías de la información y las comunicaciones para trabajar fuera de las instalaciones del empleador. En el caso colombiano, el teletrabajo se encuentra definido en la ley 1221 de 2008 como “una forma de organización laboral, que consiste en el desempeño de actividades remuneradas o la prestación de servicios a terceros utilizando como soporte las tecnologías de la información y las comunicaciones –TIC- para el contacto entre el trabajador y la empresa, sin requerirse la presencia física del trabajador en su sitio específico de trabajo”.
En cualquiera de estas dos definiciones, el trabajador que sea contratado bajo esta modalidad tendrá los mismos beneficios de ley, las mismas garantías y derechos laborales que un trabajador que desempeña su trabajo de manera presencial en las instalaciones de la organización. Por lo tanto, la empresa está en su deber de ofrecerle las mismas condiciones de trabajo como por ejemplo, suministrarle los equipos y programas informáticos y velar porque su lugar de trabajo cuente con las condiciones necesarias para llevar a cabo sus funciones. (Circular 027 del 12 de abril de 2019 del MinTrabajo).
En Colombia, existen 122 mil teletrabajadores según el “Cuarto Estudio de penetración de Teletrabajo en empresas colombianas, 2018”, un aumento significativo en comparación al año 2012, en el que se registraron 31.553 teletrabajadores. Lo que significa que cada vez más empresas le están apostado a implementar el teletrabajo en sus operaciones, aun cuando ello signifique modificar la organización del trabajo e invertir en infraestructura tecnológica.
Estos son algunos de los beneficios de implementar el teletrabajo en las organizaciones:
• Flexibilidad en horarios y gestión de la organización del trabajo.
• Posibilidad de tomar decisiones con base en sus capacidades.
• Ahorro en tiempo y dinero derivado del desplazamiento de los trabajadores entre la oficina y el hogar.
• Contribución en la mejora de la salud, al verse disminuido el nivel de estrés originado por el traslado hacia la oficina.
• Posibilidad para conciliar la vida personal, familiar y laboral.
• Mayor rendimiento y motivación al sentir que tiene más autonomía para gestionar su trabajo.
• Mejora la calidad de vida: comparte más tiempo con la familia, mejora la alimentación, incorpora rutinas saludables como el ejercicio, tiene más tiempo para la vida social, etc.
• Posibilidad para adquirir nuevas habilidades y competencias en el uso de las tecnologías y en métodos para gestionar el trabajo.
• Aumenta la productividad.
• Mejora el ambiente laboral.
• Disminuyen los accidentes laborales.
• Se reducen los costos operacionales.
• Se promueve la inclusión social en la organización.
• Se fortalece la relación de confianza con los trabajadores.
• Aumenta la retención de trabajadores calificados.
• Mejora el nivel competitivo de la organización.
• Se tiene control del flujo de la información y de los escritorios virtuales.
Aunque el teletrabajo es una buena alternativa en términos de rendimiento y productividad, si no se implementa de manera adecuada, los riesgos psicosociales pueden agudizarse y beneficios como la calidad de vida de los trabajadores, pueden verse afectados. Por lo general, la sobrecarga de trabajo, la extensión de la jornada laboral y la disminución o falta de descansos son los factores de riesgos más sobresalientes. Sin embargo, estos pueden variar dependiendo del perfil laboral, de las condiciones medioambientales y de la capacidad emocional de cada trabajador.
Otro de los riesgos más frecuentes, son:
• Aislamiento social y falta de contacto con los compañeros de trabajo
• Pérdida de la barrera entre trabajo y vida personal
• Sobrecarga mental
• Tecnoestrés
• Doble presencia
• Sedentarismo
• Falta o exceso de autonomía
• Alto ritmo de trabajo
Con la nueva era del teletrabajo, impulsada por la pandemia de la COVID-19, es necesario recurrir a métodos más flexibles y adaptables a las dinámicas laborales, como la gestión por resultados y una forma de trabajo más autónoma basada en las competencias de los trabajadores, tal como lo propone la Guía Práctica publicada por la OIT, “El teletrabajo durante la pandemia de COVID-19 y después de ella”.
Así mismo, es importante implementar las acciones contempladas en la gestión de la seguridad y salud laboral, adecuándolas al domicilio del trabajador, para garantizar su bienestar físico y mental, y contribuir en su desempeño.
Algunas medidas preventivas que pueden minimizar los riesgos en el teletrabajo son:
• Asegurar las relaciones sociales con los demás compañeros de trabajo mediante el uso de la tecnología.
• Capacitar a los trabajadores en la toma de decisiones.
• Proporcionar capacitaciones con respecto al teletrabajo y el manejo de los riesgos asociados a este.
• Verificar permanentemente las condiciones medioambientales en su domicilio.
• Formar en habilidades digitales.
• Realizar un acompañamiento constante en las tareas del trabajador.
• Limitar la jornada laboral
• Fomentar la participación de los trabajadores en las metas y objetivos propuestos por sus supervisores.
